viernes, 22 de julio de 2011

8 consejos para vivir sin miedo.

consejos para vivir sin miedo¿Se puede vivir con miedo? El miedo es un sentimiento o emoción incapacitante que nos nubla la vista y hace que no podamos disfrutar de la vida como nos merecemos. Quizá te sirvan estos 8 consejos para vivir sin miedo.

¿Qué hacer cuando el miedo nos atrapa?

1) Piensa que la mayoría de miedos son infundados. Estamos anticipando hechos futuros que en un alto porcentaje no se van a cumplir.

2) Focalízate en lo positivo: pon tu foco de atención en aquellas cosas que te agradan. Vive el momento y rodéate de experiencias y personas positivas.

3) La vida es un suspiro. ¿Vale la pena vivirla atenazada por el miedo? A todos nos va a llegar la hora. No me gustaría estar en mi lecho de muerte y pensar que no he podido realizar ciertas cosas o que he tomado ciertas decisiones porque tenía miedo. Échale cara al asunto.

4) Comparte tus miedos con otras personas. Tener gente alrededor tuyo siempre será un aspecto positivo. ¿No tienes a nadie? Desdóblate. Piensa en ti como ese niño pequeño que fuiste y necesita tu protección. Cuida de ti como si fueras un niño. Habla interiormente contigo. Será una conversación entre un adulto fuerte, responsable, alegre, poderoso y exitoso, y un niño pequeño indefenso y temeroso ante la vida.

Quiérete mucho a ti mismo. Si tienes hijos los amarás más que a tu propia vida. Tu también tienes tu niño dentro de ti. Quiérelo y hazlo fuerte.

5) ¿Tienes buena salud? Entonces, ¿de qué te quejas? La salud es lo más importante de la vida.

6) Haz lo que creas justo. No anticipes hechos. Vive el momento y cuando tengas que actuar, actúa sin miedo, con firmeza y con justicia. Seguro que tienes unas convicciones fuertes. Aférrate a ellas y no dejes que nadie pase encima por ellas. En esta vida no hay que tener miedo ni a la muerte. Haz que tu bandera sea la justicia, la verdad, la firmeza, Dios, la bondad, el sacrificio, la alegría... Crece como persona y afronta con valentía las situaciones cuando se presenten.

7) Apóyate en buenos libros de autoayuda. Ya sabes que este tipo de libros abundan en las librerías. Tienes que ser capaz de elegir buenos autores. He encontrado estos libros que están en el catálogo de la biblioteca pública de mi ciudad (eso quiere decir que son buenos o relevantes):

Jugando con el corazón : aprenda a vivir amando y amándose sin miedo / Melody Beattie (2000) 
Vivir sin miedo / Rhonda Britten (2002) 
Vivir sin miedo / Joan Corbella Roig (1990) 
Sin miedo a vivir / Zibia Gasparetto ; traducción Joan Salvador (1997) 
Sin miedo a morir : cómo vivir como si hoy fuera el último día de tu vida / Joseph Sharp ;

8) La religión o una buena corriente filosófica puede ser un apoyo para vencer el miedo. El budismo, por ejemplo, enseña a superar el sufrimiento mediante la meditación.

0 comentarios:

Publicar un comentario

JESÚS TE DICE ...


No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que me ames con fervor. Háblame, pues, aquí sencillamente, como hablarías a tu madre, a tu hermano. ¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera? Dime su nombre, bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos y amigos; dime en seguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas. Háblame así, con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado.

Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón ; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón especialmente ama?

¿Traes ahora mismo entre manos algún Proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa? ¿qué piensas? ¿qué deseas? ¿qué quieres que haga por tu hermano, por tu amigo, por tu superior? ¿qué desearías hacer por ellos?

¿Y por Mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas mucho, y que viven quizás olvidados de Mí?

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿quién lastimó tu amor propio ? ¿quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas. ¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías, que no por ser infundadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

Ahora bien, hijo mío; vuelve a tus ocupaciones habituales, al taller, a la familia, al estudio... ; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda, en cuanto puedas, silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que lo es también tuya, la Virgen Santísima, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.

jesús

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More