lunes, 20 de junio de 2011

Pamela y Cristobal... una historia de amor


"Esta es la historia de un hermoso amor...
El... un hombre solo, aventurero y lleno de ganas... de simplemente vivir...
Ella... una mujer preciosa, procesando un cambio en su vida... sola, y sin haberse dado cuenta de las inmensas ganas que tenía de simplemente ser feliz...
Ellos, se encontraron un día, el sol iluminaba aquel atardecer, fue un verano... una tarde como cualquiera...
El la atrajo con su encanto, y ella la cautivo con su simpatía...
Así comenzó la más hermosa historia de amor, pasaron los días, se buscaban...
El cada noche con una desesperación que no lograba comprender...
Ella, lo esperaba con ansias, sabía que llegaría a su encuentro, como cada día, como cada noche, empezaron a nacer frases hermosas... empezó fluir el amor, puro, sincero, y por sobre todo verdadero, por que aquí no habían rostros, no habían cuerpos, solo habían palabras y sentimientos, y eso bastaba para sentir que sus vidas tenían un mismo destino.
Ellos empezaron a enamorarse, de la forma más tierna y dulce, como aquella mujer...
Ella lo fue enamorando poco a poco, con su simpleza, con su ternura, con con su cariño,
El siguió el camino de la conquista... la protegía, la acompañaba, la hacía sentir aquellas lindas cosas que ella desconocía...
Ella empezó a amarlo... sintió que el era el hombre de su vida, que lo quería a su lado, para continuar su vida...
El, sentía que ella, su linda Pamela, era la mujer con quien deseaba compartir su mundo, que entre líos y dientes, ella sería la mejor compañía...
Ellos se dieron cuenta que se necesitaban, eran el uno para el otro, se estaban enamorando, y poco a poco lo mas tierno...se estaban deseando...así llegó el amor a sus vidas...
Hoy aun están juntos, se están amando intensamente, se necesitan, se adoran , se profesan un amor inmenso, los sueños acompañan sus vidas, un futuro les aguarda, una casa...unos niños... que esperan por ellos, para que fundidos en aquella pasión sin limites...los engendren con el mas puro sentimiento de amor…
Ellos... PAMELA Y CRISTOBAL viven sumidos en la alegría y la felicidad, bendecidos por la vida, por haberle ganado a la adversidad.
En esta historia... ganó EL AMOR...”
PARA LA MUJER QUE AMO...CON ADORACION…

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JESÚS TE DICE ...


No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que me ames con fervor. Háblame, pues, aquí sencillamente, como hablarías a tu madre, a tu hermano. ¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera? Dime su nombre, bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos y amigos; dime en seguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas. Háblame así, con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado.

Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón ; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón especialmente ama?

¿Traes ahora mismo entre manos algún Proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa? ¿qué piensas? ¿qué deseas? ¿qué quieres que haga por tu hermano, por tu amigo, por tu superior? ¿qué desearías hacer por ellos?

¿Y por Mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas mucho, y que viven quizás olvidados de Mí?

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿quién lastimó tu amor propio ? ¿quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas. ¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías, que no por ser infundadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

Ahora bien, hijo mío; vuelve a tus ocupaciones habituales, al taller, a la familia, al estudio... ; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda, en cuanto puedas, silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que lo es también tuya, la Virgen Santísima, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón encontrarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.

jesús

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